"Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre" (Mafalda)

jueves, 8 de julio de 2010

Se buscan humanos


Autor: Letra E.

Edad: 10-12 años.



Érase una vez en el país de Envés, donde las casas buscaban humanos y no al revés.

La Casita Baja de Carabanchel estaba dando un paseo cuando le sonó el móvil. Vio que era su primo, el ático de la Bahía de Cádiz, siempre bronceado porque estaba junto al mar.
- ¡Hola primo!
- ¡ Quilla! ¿Cómo estás? ¿Has encontrado ya humano?
- ¡Ay! Estoy un poco agobiada. Está la cosa fatal y no encuentro ningún humano que me convenza.
- Me han hablado bien de un presentador de televisión que se va a vivir a Madrid, ¿Te paso sus datos?
- Gracias, pero no me interesa la gente de la tele. Si fuera escritor todavía tendría un pase. Prefiero esperar y no coger a cualquiera.
- Tienes razón, yo me quedé con el primer humano que vi y así me va: sólo me limpia cada dos semanas y los cristales cada tres meses; y no me gustan sus amigos.
- Pues paciencia. Yo si no encuentro humano este mes me pillo cualquier cosa.
- Bien, porque no puedes estar más tiempo así. Venga quilla, tú misma con tu carisma, a ver si vienes este veranito, un beso.
Al día siguiente, como todas las mañanas, la Casita Baja de Carabanchel se despertó y abrió internet. Fue a la página infohumano.com y... ¡Por fin! ¡Un anuncio interesante!
"Mujer joven con su hija adolescente. Solidarias y aseadas. Nos gusta leer, escribir y reunirnos en casa con nuestros amigos. Ideal para casita baja. Somos diferentes. 500€ negociables. "
- Hola, llamo por las humanas del anuncio, las diferentes, ¿Cuándo puedo verlas?
- Pues tiene delante un apartamento de Arturo Soria que viene esta tarde. Llame luego para confirmar que sigue libre.
Pero al apartamento de Arturo Soria no le gustaron la madre y la hija, porque él quería alguien menos hippie y sobre todo no le gustaron nada los tatuajes y los piercing que las dos llevaban: cosas de viviendas pijas.
La Casita Baja de Carabanchel quedó encantada con las humanas, aunque se le iba un poco de precio. Pero por fin cumplió su deseo de tener alguien diferente porque ella también lo era. Y disfrutó mucho de las lecturas de ambas, de los posters que la hija colgó en todas sus paredes y de las reuniones de los amigos en su pequeño jardín.
Y colorín colorado, este cuento ya se ha habitado.

2 comentarios:

  1. Muy bueno, Edu. Estaría bien que las casa eligieran a los humanos. Seguro que se equivocarían menos.

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  2. Genial Letra E!!! A mi espero que en un futuro me elija una casa con piscina y barbacoa...

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